Luego de Angostura “La Peñita” dia 2

El post pasado fue sobre mi aventura y la de todo el grupo de “Agente de Cambios” en Angostura, en esta oportunidad continúo con el relato del día 2 en la comunidad cercana de “La Peñita”.

Les voy a compartir parte del dialogo que tuvimos la oportunidad de entablar con los líderes comunitarios de “La Peñita” Jarabacoa, resaltando que el empoderamiento femenino es contundente y notorio en ambas comunidades.

Se presenta Evarista y nos dice: “Bienvenidos aquí estamos a la orden, este es un proyecto (mini hidroeléctrica) que se inicia con el apoyo de la comunidad y el PPS que nos apoya en la organización, le damos gracias a Dios porque la comunidad ha avanzado mucho luego de todo esto”. Luego le preguntamos cómo se han organizado y cómo manejan el proyecto, Evarista nos respondió “el proyecto lo manejamos nosotros mismo, como ya usted sabe es algo comunitario, somos 176 familias y ellos pagan 200 pesos, hay algunas viudas que no tienen quien la ayude y se la bajamos a 150”, luego le preguntamos cómo manejan los conflictos con el pago y ella nos dice “Aquí no hay muchos problemas, solo cuando alguien no paga o tiene uno de esos bombillos que gastan mucho (bombillas incandescentes), si por ejemplo alguien no paga un mes si se le junta el otro hay que cortarle”.

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Otro pilar del proyecto es como ellos manejan el tema de ahorro energético, le preguntamos cómo se preparan para fenómenos naturales adversos, a lo que nos respondieron “ahora mismo hay sequía entonces el río baja bajito y hay que ahorrar, no se pueden conectar equipos de alto consumo como neveras, no se aceptan planchas ni blowers, solo se permite que usen la lavadora y deben apagar todo lo otro, solo hay 2 salones permitidos en el paraje, a quien se encuentre con un bombillo de eso amarillo se le quita, se rompe y se le pone una multa para la próxima factura”.

A medida que seguimos dialogando uno de los puntos más interesantes de todo el día surgió a raíz de una pregunta, uno de nosotros le preguntó a Evarista si alguien de la comunidad no había cooperado y no se había unido a los trabajos del proyecto, ella contestó “ay si!! Hay algunas 12 viviendas que no se integraron, desde el primer instante se le explicó que todos íbamos aportar lo que pudiéramos y a trabajar haciendo el proyecto, ahora se quieren integrar pero hay un problema y es que quien no se quiso integrar antes ahora debe pagar una multa” y le preguntaron cuál es la multa y respondió “se le pone una multa de 40 mil pesos (murmullos y asombro por parte de nosotros y alguno que otro indignado por el costo) se les ayuda para que la paguen a cuotas (siguen las caras de asombro).

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Resulta que todo este intercambio fue antes de subir la escarpada loma donde nace el rio de “La Peñita” y de donde por medio de tubos y por gravedad se lleva el agua de alimentación a la mini hidroeléctrica, pues el joven que mostró mayor indignación hasta comentó en el grupo que eso era un abuso cobrarle 40 mil pesos a una gente tan humilde; con este pensamiento aún revoloteando en su cabeza comenzamos a subir. En un momento cuando no estamos ni a 1/3 de completar la subida nuestro amigo indignado comenzó a sudar profusamente, luego de unos metros más pidió un palo para apoyarse y también comenzaba a cambiar el semblante a uno de mayor preocupación y seriedad. Cuando hacemos la primera parada el compañero indignado por el abuso de los 40 mil pesos dice “oye vale pero esto no es fácil” a lo que replica el guía “aún no llegamos al punto final y nos falta bajar que es lo más duro”.

Al final del ascenso nuestro querido compañero estaba disminuido en indignación pero jadeante, sudado y cojo, confesó que terminó el ascenso por vergüenza y dice “La verdad es increíble que hayan subido arrastrando tubos varias veces al día, tubos para agua inmensos y pesados, halándolos como mulos, es más! A la gente que no colaboró que no le pongan la luz nunca, este trabajo que duró años no vale 40 mil pesos, este trabajo no tiene precio”, todos nos miramos, nos reímos y asentimos.

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Y es así amigos, en esa comunidad empoderada los niños subían la comida, llevaban agua y jugos, las mujeres una parte subía y trabajaba con los hombres, para aquella comunidad unida subir tubos y hacer mezcla era un trabajo sin sexo, no era para hombres o mujeres, era para ciudadanos. Otras removían tierra, unas cocinaban, cansadas pero alegres y orgullosas de ver como cada día el proyecto tomaba forma. En esos momentos es cuando los indiferentes miran con preocupación, porque dudaron que sería posible, porque los sueños no son para todo mundo, los sueños son para líderes, esos que alzan su vista con el corazón en las manos y ven dibujado en las nubes lo que sueñan, ven dibujado hoy el mañana que ellos quieren, el que se construyen a si mismos.

El proyecto de mini hidroeléctrica es a La Peñita lo que La Peñita debe ser para RD, el sueño de alcanzar una sociedad empoderada, llena de ciudadanos y con pocos habitantes.

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